
Las pinturas rupestres del Sáhara
Hace dos semanas, Rift Valley Expeditions, la agencia de viajes que me organiza toda la logística (para nada fácil) de mis «viajes de autor», publicó en su Blog un artículo que les escribí, sobre las pinturas y los grabados rupestres del Sáhara. Aquí tienes el enlace tal y como se publicó en su día: Pinturas Rupestres en el Sáhara
Pero también te lo facilito aquí mismo para que puedas leerlo directamente. El artículo dice…
Érase una vez, cuando el Sáhara era un vergel y los humanos vivían en él
El actual desierto del Sáhara no ha presentado siempre el aspecto
hiperárido que hoy lo caracteriza. En su historia climática reciente pueden
distinguirse distintas etapas. Hacia el año 10.000 a.C., y después de un
período de un clima muy frío, se abrió en el Sáhara una fase de clima muy
benigno conocido como Gran Húmedo Holocénico. Durante esta fase, las
altiplanicies saharianas se poblaron de abundante flora y fauna, y se
llenaron de lagos y de ríos permanentes o estacionales. Grupos de jirafas,
elefantes, hienas, felinos… y muchos otros herbívoros y carnívoros
campaban a sus anchas por este vergel. Los humanos cohabitaron con
todos ellos en el mismo hábitat, desarrollando una cultura epipaleolítica
basada en la caza y la recolección masiva de cereales silvestres.

Hace 10.000 años, los humanos, los Homo sapiens, poseían el mismo sistema
nerviosos que nosotros, las mismas facultades de síntesis y abstracción, no
eran ni más lentos ni más primitivos que nosotros. Durante este período, el
arte de estos humanos se manifiesta a través de las pinturas y los grabados
rupestres. Un hecho interesante es observar como parece evidente que el
inicio de la creación artística no es fruto de ninguna cultura ni etnia
particular, sino que está bien arraigado en la misma naturaleza del Homo
sapiens, de todos los Homo sapiens. Si bien el grabado parece el
procedimiento más extendido, quizás es únicamente porque se conserva
mejor. En cualquier caso, los humanos, aprovechando las rocas,
consiguieron unos grabados que a nuestros ojos nos parecen una maravilla.
Podemos afirmar que se observa una unidad extraordinaria de técnicas y
representaciones. Dibujos parecidos que se encuentran a centenares, hasta
miles de quilómetros de distancia los unos con los otros. Es evidente que
este arte presenta una cierta diversidad, pero conserva una unidad,
indiscutible. Un arte, en cualquier caso, realizado por estos cazadores-
recolectores que vivían en grupos pequeños, de unos 20 individuos, y de
cuando el Sáhara no era un desierto, sino un jardín del Edén.


Pero centrémonos en las pinturas y los grabados que hallamos esparcidos
por el Sáhara. Las imágenes de animales, principalmente los grandes
herbívoros, son las que nos quedan en la memoria. Jirafas, elefantes,
antílopes o bóvidos. Encontramos también muchos signos misteriosos,
como trazos geométricos, y de vez en cuando algún esbozo de humanos.
Pero quizás debamos acentuar lo que no encontramos en este arte rupestre:
los artistas no representan jamás el sol, la luna, las estrellas, las nubes o la
lluvia. También ignoran la flora: no hay ni árboles ni plantas. Tampoco hay
paisajes. No hay cabañas ni casas. Muy probablemente nuestros
antepasados no tenían intención de describir su entorno familiar. Aun así,
reproducen los animales de la zona. ¡Pero no todos! Nunca es una visión de
la fauna existente, sino más bien un muestrario, una selección de animales
que vivían en la zona. Los pájaros, los peces, las serpientes o las lombrices,
cuyos restos se han encontrado en distintos estratos arqueológicos muy
pocas veces son representados.

Tampoco representan a los insectos; ni siquiera las moscas o los mosquitos. En cambio, los antílopes y los bóvidos abundan. Todo esto corresponde a una elección clara. Y de vez en cuando (¡muy de vez en cuando!) aparecen humanos dibujados o grabados en estas
rocas… pero se trata de siluetas muy esquemáticas, sin apenas realismo.
Prácticamente nunca no se puede distinguir si se trata de hombres o de
mujeres, de tan borrosas y poco detalladas que son. Ineludiblemente fueron
deliberadamente hecho así, porque los animales los dibujan con esmero
detalle. ¿Por qué? Probablemente sea causa del poder que se atribuye a la
imagen, que en muchas culturas equivale a la realidad. En todo caso, este
es uno de los muchos interrogantes que siguen teniendo las pinturas y los
grabados rupestres del Sáhara que hoy día tanto nos seducen.
Irene, tu ja ens ho havies començat a explicar que el sahara havia sigut un vergel i amb aquesta nova explicació i mapes s’acaba d’entendre. Espectacular!!!
Me encanta el arte rupestre, lo encuentro enigmático .. habrían Gypaetus Barbatus ? Gran artículo , poco conocido el vergel que era el Sahara , siempre me ha parecido sorprendente
Viajando contigo y aprendiendo
Besos
Extraordinari! Si no viatgem en viu, ens ajudes tu a viatjar amb les fotos, les explicacions, les descripcions dels llocs.
Realment l’homo sàpiens sap fer coses meravelloses, en totes les èpoques i a tot arreu. Llàstima que, a vegades, actua de forma desagradable. Tu sempre ens ajudes a veure el costat bó de tot.
Bon viatge on et trobis! I gràcies per compartir-ho amb nosaltres.
A reveure!